14/2/08

Música y política II


Lo que sigue a continuación damas y caballeros es otro ensayo de Fabián Casas. A pesar de que los pocos que me conozcan se sorprendan por lo que aquí publico, al leerlo me gustó. Está bueno que la gente diga cosas como éstas:

"La verdadera contracultura, o cómo se llame, que está sucediendo ahora mismo, es invisible. Cuando se hace visible, deja de existir. ¿Y qué voy a hacer con aquel póster de Invisible? Luis Alberto Spinetta (aquel pescado rabioso que escribió el famoso manifiesto rock duro música suicidada por la sociedad) que toca en la Casa Rosada (cuna del poder real) y en el Hotel Faena (cuna del poder virtual). Spinetta, uno de los músicos a los que podríamos llamar geniales, es, en realidad, un padre de familia glamoroso, que se considera "un dios", según lo dijo en un reciente reportaje. Tal vez esta disociación que nos obliga a hacer un músico o un escritor cuando lo escuchamos decir estupideces, podría servirnos para ver las cosas más claras. Impulsados por cierta ingenuo optimismo, hemos pensado que alguien que escribía "Los Libros de la buena memoria" tenía que ser un estadista preclaro a la hora de abrir la boca con, por ejemplo, el caso Cromañón. Pero el reciente reportaje a Spinetta en Página 12, no deja dudas: Spinetta es un pensador de derecha, mediocre, que, a la hora de componer, la rompe. ¿O es de izquierda? Cuando dice que: "Las masas van a ver ciertas bandas que responden al poder popular hirviente, con música sometida al hervor, caldeada por el hervor popular, que es como una especie de piquete inoperante de la expresión rockera", ¿qué está diciendo? La palabra piquete usada despectivamente -tan cara a los taxistas más fachos- está en boca de un artista notable. Lo cierto es que en la Casa Rosada y en el Hotel Faena, es imposible que alguien pierda la vida en un concierto de rock. Los muertos vivos, en cambio, parecen estar en el escenario."

Fabián Casas, uno de sus ensayos pertenecientes a "La Reacción".

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