
Y resulta que el año pasado compré el libro que ilustra este post. Es de un mejicano, se llama Villoro y seguramente cuenta historias mejicanas. Pero cuando volvía de la librería tuve la desgracia de cruzarme a un amigo que cumplía años ese mismo día. Le tuve que regalar el libro.
Y hoy, un día para nada agradable, me entero de que la gripe de la chancha nos va a matar a todos, de que no va a dejar a ninguno, de que es el final y que además, la editorial que editaba ese libro, cerró.
Por eso, antes de que los lectores de este blog (que son cada vez menos) caigan uno por uno por las veredas de nuestras hermosas ciudades, puedo apostar dos cosas:
- los hombres somos cada vez más pelotudos
- y mi amigo nunca leyó el libro.
2 comentarios:
Buenas, caí al blog casi de casualidad y me cayó simpático...
Tremenda la historia de ese libro... ¿no habrá sido un presagio todo esto?. Yo por ahora vengo zafando de lo lindo con esto de la gripe porcina, creo que ya no me agarra.
Muy bueno el blog, adelante!
Auf Wiedersehen,
Kowalsky
Buenas, caí de casi de casualidad al blog y me cayó simpático...
Tremenda la historia del libro... ¿no habrá sido todo un gran presagio?. Yo por ahora vengo zafando de lo lindo con esto de la gripe porcina, creo que ya no me agarra.
Muy bueno el blog, adelante!
Auf Wiedersehen,
Kowalsky
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